Felizmente, nunca falta música ni poesía en Cieza. Debe de haber pocas cosas más enriquecedoras en la vida que una noche de viernes en la ermita de San Bartolomé, en octubre, escuchando un concierto poético-musical protagonizado por la Orquesta de Flautas de Cieza 'Orflute', formada por alumnos del Conservatorio de Música Maestro Gómez Villa, y el Grupo de Literatura La Sierpe y el Laúd.
No es la primera vez que la cultura se adueña de este lugar simbólico de Cieza. Es la ermita de San Bartolomé, enclavada en el corazón del casco antiguo, y muchos son quienes no se contentan y regresan, imantados por las sugestivas energías que emanan del emplazamiento. Y es que la felicidad sólo vive en la memoria y en ciertos reductos de una intimidad compartida: la amistad, el amor, la conversación y las noches de música y poesía.
Esta actividad programada por la Concejalía de Cultura quiso ir más allá de lo que ya es mucho, un concierto poético-musical lleno de interés, para que su esfuerzo quede. Por eso se planteó en el casco antiguo con el fin de conferirle una mayor vida cultural y mostrar la labor del Conservatorio Maestro Gómez Villa en combinación con asociaciones culturales como el veterano grupo de literatura ciezano.
Versiones brillantes y enérgicas, interpretadas bajo la inspirada y cómplice batuta de la profesora Carmen Rosario Fuentes al frente de sus entusiasmados y disciplinados alumnos: Gema Ramos, Jesús B. Ruiz, Miriam Garrido, Ángel F. Penalva, Liliana Gómez, Andrea Marín, Antonio J. Martínez, Manuel A. Villa, Lourdes Ramos, Ángela Lucas y Almudena Gómez.
Ofrecieron unas interpretaciones verdaderamente convincentes por solidez técnica y madurez interpretativa de las obras 'Intermezzo sinfónico' de Pietro Mascagni, 'A swiss melody' de Anon Swiss Melody, 'La golondrina' de Narciso Serrabel con arreglos de A. Bailén, 'Mi Vanessa' de A. Bailén, 'Mixing the malt' de Piter Martin y 'La tempranica' de G. Giménez con arreglos de J. Carlos García.
No sólo música, sedante y aquietadora, para serenar el espíritu. Hubo sentimiento y temperamento en las declamaciones; y también delicadeza expresiva y sensibilidad exquisita. Todo eso ofreció la elegante lectura de poemas pluscuamperfectos en las voces de Ángel Almela, Isabel Mascuñán, Rosa Campos, Daniel J. Rodríguez y Aurora Montoya.
Cuando se declaman poemas con alma, con estilo, con sentimiento y los recitadores están correctos y entregados, la poesía se apodera del ánimo del público. Y eso sucedió con 'La poesía llega...aquí está' de León Felipe, 'Ángel de música' de Antonio Colinas, 'A Julia de Burgos' de Julia de Burgos, 'Vals en solitario' de Juan Luis Panero y 'Puedo leer los versos...' de Pablo Neruda.
El espacio es pequeño, pero se compensa con una acústica bastante aceptable y, sobre todo, por la intensidad de las interpretaciones musicales y declamaciones ofrecidas. Si a ello se une el esfuerzo de músicos y recitadores, se comprende el deseo de sus protagonistas que aspiran, por encima de todo, a la perfección. La recompensa fue una cerrada ovación a un acto poético y musical hecho con sentimiento al desnudo.
Al acto asistieron la concejala de Cultura, María Ramos; el director del Conservatorio de Música Maestro Gómez Villa, Samuel Oliver; la presidenta de la Hermandad de San Bartolomé, Laura Villa; y el concejal del Portal de Transparencia, Miguel Gual.
El Ayuntamiento de Cieza, a través de la Concejalía de Cultura, agradece la colaboración y el apoyo prestado por la Hermandad de San Bartolomé en la organización de esta actividad.
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