(Por Antonio Piñera, miembro de La Sierpe y el Laúd y Profesor de español en la Sección internacional esapñola de Toulouse)
Cuando
te vas, reclamo
una acuciante voz que te requiera.
Una amorosa y
cálida palabra
que hasta mí te devuelva.
(Josefina Soria. Es mi fiesta y lloraré si quiero. Acanto, nº 8. La Sierpe
y el Laúd)
Se rebeló y no pudo/
vencer al enemigo/ su orgullo doblegó/ pero era tarde Versos
como estos de Salvador Moreno en su libro De las vanidades, nº 3 de la Colección Acanto
de la Sierpe y
el Laúd, estarán ahora al alcance de la mano de los españoles y amantes de
nuestra cultura que viven en la ciudad
de Toulouse.
En
la biblioteca del Instituto Cervantes de Toulouse se encuentran los ejemplares
de cada uno de los títulos editados en la colección Acanto de la Sierpe y el Laúd. La
biblioteca Manuel Azaña, presidente de la
II República Española, exiliado al otro
lado de los Pirineos y enterrado en la vecina ciudad de Montauban, alberga más
de 15.000 volúmenes de literatura hispanoamericana, 150 títulos de
publicaciones periódicas, 4000 títulos de películas, 1300 discos e innumerable
material para la enseñanza del español. Entre ellos también están catalogados
los ejemplares de nuestra colección Acanto.
La
gran colonia española procedente del exilio al que le obligó la pérdida de
libertades en la España
de la última dictadura, apenas podrá ya disfrutar de ella, porque el tiempo ha
hecho que su número sea ya testimonial. Sólo sobreviven unos cientos. Sin
embargo, sus hijos y nietos, que en la mayoría de los casos mantienen un fuerte
compromiso con la causa que hizo que sus vidas cambiaran de forma radical, se
sentirán muy identificados al leer: “me
olvidé de los días y de las horas/ en que el dolor fue más insoportable/ cuando
pasé tan cerca de la frontera/ del otro lado y estaba solo” (1)
Cuánto
les habría satisfecho leer a aquellos miles de hombres y mujeres que, muy
convencidos de las ideas con las que concebían el mundo y la forma de vivir,
después de atravesar la frontera como pudieron y, en la mayoría de casos, con
lo puesto, se instalarían en todo el sur
de Francia y muchos en pequeñas viviendas del centro de Toulouse y se reunirán
hasta el final de los años setenta en un local cedido por el Ayuntamiento de la
ciudad en el 69 de la rue du Taur o en el 4 de la rue Belfort “Desde los cuatro puntos cardinales/ voy
buscando un camino de esperanza/ Ella atraviesa muros. Salva/ los abismos de
arcilla” (2). En estos pequeños locales, unidos bajo ideologías similares,
trabajaron incansablemente por restablecer la democracia en su país y anhelaban
la vuelta a una España que les devolviera el derecho a vivir. Muchos de ellos,
ya en edad avanzada terminarían por renunciar a la vuelta y descansan en el
pequeño cementerio de Saint Cyprien.
Sus
hijos, la mayoría muy bien integrados en la sociedad francesa mantienen una
estrecha relación con la cultura
española a través de asociaciones, de la Casa de España, del Instituto Cervantes o de la Sección Internacional
Española en la que sus hijos pueden cursar estudios de enseñanza primaria y
secundaria válidos tanto en España como en Francia.
Esta
realidad social, que durante los últimos 60 años ha dado a la ciudad un marcado
carácter español con actividades culturales como los festivales anuales de cine
Cinespaña (18 ediciones) y Cinemalatino (25 ediciones), conciertos,
conferencias, presentación de libros de autores españoles, exposiciones, entre
otros, ha cambiado en los últimos años. Ahora, la mayor parte de los 10.000
españoles que viven en la ciudad de Toulouse (17.000 en la región de Midi
Pyrénées), según los datos de los españoles inscritos en el Consulado, forman
parte de la emigración tecnológica que se ha producido en los últimos años en
nuestro país. Es el otro éxodo, el otro exilio de tantos y tantos jóvenes y
profesionales que, con la mejor formación
que se pueda imaginar, se ven obligados
a buscar una salida profesional fuera de nuestro país. Esta ciudad con
una amplia infraestructura tecnológica, sobre todo en el campo de la
aeronáutica y de la investigación aeroespacial, acoge a gran cantidad de
españoles que encuentran aquí trabajo en
esos ámbitos. Ellos y sus familiares, además de los estudiantes españoles que
cursan sus estudios en alguna de sus cuatro universidades, de los muchos
docentes que imparten clases de español, de la amplia colonia sudamericana,
sobre todo argentina, y de todos los
hispanófilos que tienen al Instituto
Cervantes como referencia cultural podrán disfrutar, en el imponente Hôtel del
siglo XIXde la rue des Chalets, cedido a la colonia de exiliados españoles por
un benefactor toulousain, y en este
marco de cultura hispana, de la literatura digna y de calidad que ofrece
nuestra colección Acanto. Aunque socialmente mejor integrados, a veces,
sentirán la necesidad de leer en Manuel Dato
“hay días como hoy/ que me ataca
la tristeza/ que me asalta la nostalgia/ que me hiere el silencio/ y entonces
me recojo/ a la sombra de un poema” (3) y así, poder pasear por la gran
Place du Capitol pudiendo decir en voz alta y sin complejos “estamos en esta explanada donde la historia
grita” (4)
(1)
García, Pascual (2010) Cita al anochecer. Acanto, nº 2. La Sierpe y el Laúd. Cieza
(2)
Soria, Josefina (2012)
Es mi fiesta y lloraré si quiero. Acanto, nº 8. La Sierpe y el Laúd. Cieza
(3, 4) Dato
Buitrago, Manuel (2009) Last Autumn’s Dream. Acanto, nº 1. La Sierpe y el Laúd. Cieza