Se cumplen 75 años de la Guerra Civil española. El aniversario es recordado por los medios que rememoran aquellos momentos que marcaron la historia reciente de España. Y coincidiendo con la efemérides, el 19 de agosto de 1936 se produce el trágico fin del poeta Garcia Lorca, convirtiéndose en el desaparecido más célebre de la contienda. La Sierpe y el Laúd, en numerosos recitales poéticos ha cantado sus poemas, y en Abril de 1986, en el SUPLEMENTO Nº 2 de la Revista Literaria La Sierpe y el Laúd, publicó un artículo del profesor Francº Javier Diez de Revenga sobre el primer soneto de García Lorca. 75 años después, la voz del Poeta suena más poderosa, desafiante, conmovedora y universal y recordarlo aquí, más allá de la polémica, sirve para volver a la grandeza e influencia de su obra.
“Vio su sombra tendida y quieta,
en el blanco diván de seda”.
Federico García Lorca
El asesinato de García Lorca pone de manifiesto la trama golpista de Julio de 1936 y sus intenciones de la manera más clara y cruel y ello en dos aspectos básicos: de un lado, su asesinato constituye un claro ejemplo de la violencia desatada sin control y sin legalidad alguna que se práctica en la llamada zona nacional, y que tiene como objetivo sembrar el terror y el sentimiento de indefensión absoluta entre la población: Nadie está a salvo. Es lo que el general Mola, en su Instrucción Reservada, definía así: “Es necesario crear una atmósfera de terror, hay que dejar sensación de dominio, eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todo el que no piense como nosotros. Tenemos que causar una gran impresión; todo aquel que sea abierta o secretamente defensor del Frente Popular debe ser fusilado”.Y en segundo lugar, Lorca es el símbolo de toda la España a la que se quiere no derrotar, sino exterminar. No se quiere asesinar personas, se quiere asesinar ideas, formas de pensar y de vivir, la libertad de pensamiento, el espíritu crítico. Es la ira desatada de la España más negra, el grito furioso de “muera la inteligencia” silenciando todas las voces, especialmente la del poeta más emblemático y quizás más grande que haya dado el siglo XX (así reconocido casi unánimemente no sólo por la crítica española sino por la internacional). Nadie puede discutir el valor, ni la influencia que ha tenido en la poesía contemporánea la obra de Lorca. La vida de Lorca se desarrolla en los tiempos convulsos y esperanzados que van del desastre colonial al estallido de la Guerra Civil, Edad de Plata de la cultura española, pero también europea. La presencia de la cultura popular, del mundo del flamenco y del lirismo unido a un sentido del ritmo y la palabra, hundido en lo más profundo del pueblo andaluz, revelan el momento de cambio que, lento pero implacable, se estaba produciendo en la sociedad y la economía española (mientras la política arrastraba los vicios de siempre y una clara incapacidad para hacer frente a los acuciantes problemas). En el fondo y en la forma, Lorca comprende y refleja la historia y la vida de su pueblo, del pueblo andaluz en toda su dimensión misteriosamente trágica y alegre, donde los dolores profundos se cantan, en unos momentos en que las grandes transformaciones del siglo y el progreso de la industrialización amenazan esta vida y su ritmo. La distancia que media del “poema del cante jondo” a “poeta en Nueva York”.
Para el hispanista Ian Gibson, el poeta “lo tenía todo, fama, ideas políticas claras y una obra que despertaba recelos entre la burguesía de Granada, que el poeta calificó en alguna ocasión como la peor de España”. Para este historiador, el asesinato del poeta, vino además subrayado por “su pública condición de rojo y homosexual”, y aunque el régimen de Franco catalogó su fusilamiento como “accidental”, Ian Gibson considera que incluso fue consultado telefónicamente el general Queipo de Llano. En este sentido, otro hispanista, Paul Preston, habla sin rodeos de la idea de “holocausto español”. Para el también historiador Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza, “esa oleada de terror, que dejaba a los ciudadanos allí donde caían abatidos, en las cunetas de las carreteras, en los ríos, en los pozos y minas abandonados, acabó con la vida de García Lorca”.
Así pues, el asesinato de uno de los mayores poetas de nuestra historia, se nos presenta como una medida ejemplarizante de terror, en donde nadie queda a salvo, ni siquiera alguien tan conocido como García Lorca. El bando golpista iniciaría una represión encaminada a imponer un modelo totalitario en donde sólo falangistas y requetés fueron tolerados, y ello, bajo el apoyo y legitimidad ofrecida por la iglesia católica, que presentó la guerra civil como una “cruzada” destinada a salvar a la patria del ateísmo. La historia y las palabras de García Lorca permanecen pero, ¿cuánta poesía y cuanto futuro nos fue arrebatado? ¿Cuánto de lo que podríamos tener se fue para siempre con la muerte?
en el blanco diván de seda”.
Federico García Lorca
El asesinato de García Lorca pone de manifiesto la trama golpista de Julio de 1936 y sus intenciones de la manera más clara y cruel y ello en dos aspectos básicos: de un lado, su asesinato constituye un claro ejemplo de la violencia desatada sin control y sin legalidad alguna que se práctica en la llamada zona nacional, y que tiene como objetivo sembrar el terror y el sentimiento de indefensión absoluta entre la población: Nadie está a salvo. Es lo que el general Mola, en su Instrucción Reservada, definía así: “Es necesario crear una atmósfera de terror, hay que dejar sensación de dominio, eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todo el que no piense como nosotros. Tenemos que causar una gran impresión; todo aquel que sea abierta o secretamente defensor del Frente Popular debe ser fusilado”.Y en segundo lugar, Lorca es el símbolo de toda la España a la que se quiere no derrotar, sino exterminar. No se quiere asesinar personas, se quiere asesinar ideas, formas de pensar y de vivir, la libertad de pensamiento, el espíritu crítico. Es la ira desatada de la España más negra, el grito furioso de “muera la inteligencia” silenciando todas las voces, especialmente la del poeta más emblemático y quizás más grande que haya dado el siglo XX (así reconocido casi unánimemente no sólo por la crítica española sino por la internacional). Nadie puede discutir el valor, ni la influencia que ha tenido en la poesía contemporánea la obra de Lorca. La vida de Lorca se desarrolla en los tiempos convulsos y esperanzados que van del desastre colonial al estallido de la Guerra Civil, Edad de Plata de la cultura española, pero también europea. La presencia de la cultura popular, del mundo del flamenco y del lirismo unido a un sentido del ritmo y la palabra, hundido en lo más profundo del pueblo andaluz, revelan el momento de cambio que, lento pero implacable, se estaba produciendo en la sociedad y la economía española (mientras la política arrastraba los vicios de siempre y una clara incapacidad para hacer frente a los acuciantes problemas). En el fondo y en la forma, Lorca comprende y refleja la historia y la vida de su pueblo, del pueblo andaluz en toda su dimensión misteriosamente trágica y alegre, donde los dolores profundos se cantan, en unos momentos en que las grandes transformaciones del siglo y el progreso de la industrialización amenazan esta vida y su ritmo. La distancia que media del “poema del cante jondo” a “poeta en Nueva York”.
Para el hispanista Ian Gibson, el poeta “lo tenía todo, fama, ideas políticas claras y una obra que despertaba recelos entre la burguesía de Granada, que el poeta calificó en alguna ocasión como la peor de España”. Para este historiador, el asesinato del poeta, vino además subrayado por “su pública condición de rojo y homosexual”, y aunque el régimen de Franco catalogó su fusilamiento como “accidental”, Ian Gibson considera que incluso fue consultado telefónicamente el general Queipo de Llano. En este sentido, otro hispanista, Paul Preston, habla sin rodeos de la idea de “holocausto español”. Para el también historiador Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza, “esa oleada de terror, que dejaba a los ciudadanos allí donde caían abatidos, en las cunetas de las carreteras, en los ríos, en los pozos y minas abandonados, acabó con la vida de García Lorca”.
Así pues, el asesinato de uno de los mayores poetas de nuestra historia, se nos presenta como una medida ejemplarizante de terror, en donde nadie queda a salvo, ni siquiera alguien tan conocido como García Lorca. El bando golpista iniciaría una represión encaminada a imponer un modelo totalitario en donde sólo falangistas y requetés fueron tolerados, y ello, bajo el apoyo y legitimidad ofrecida por la iglesia católica, que presentó la guerra civil como una “cruzada” destinada a salvar a la patria del ateísmo. La historia y las palabras de García Lorca permanecen pero, ¿cuánta poesía y cuanto futuro nos fue arrebatado? ¿Cuánto de lo que podríamos tener se fue para siempre con la muerte?
9 comentarios:
EL CRIMEN FUE EN GRANADA: A FEDERICO GARCÍA LORCA
1. El crimen
Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—
... Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.
2. El poeta y la muerte
Se le vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
—Ya el sol en torre y torre, los martillos
en yunque— yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
«Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»
3.
Se le vio caminar...
Labrad, amigos,
de piedra y sueño en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!
Este poema que anónimo ha subido es de: ANTONIO MACHADO
Me permito traer aquí, siguiendo la idea del otro anónimo y esperando no molestar, algunos versos espigados de poemas escritos por la muerte de Federico García Lorca:
"Como cae una dulce paloma derribada
por el plomo del odio, sobre la blanda tierra,
así cayó tu sueño, rodando por la sierra,
rodando y golpeando la noche de Granada".
(Federico García Lorca. Ricardo Adúriz)
"Por una bala de plata
el vuelo de la paloma
quedó quebrado en el cielo
con una gran mancha roja"
(Villancico de Granada. Emilio Breda)
"Entre saña de fusiles,
mirando hacia el horizonte,
iba valiente y sereno
sin doblar el cuerpo joven."
(Romance del Romancero Gitano. Claudia Lars)
"Yo sé que algunos de los asesinos
alientan todavía por las calles.
Decrépitos y asmáticos, se alegran
con sus hijos y nietos.
Aún beben rojos vinos,
babean sobre una puta
o se apresuran a llamar al médico
por un leve dolor en el costado,
intentando el olvido
del tesoro infinito que abatieron.
Pero ellos están muertos. (...)
(De vivos y de muertos, Antonio Buero Vallejo)
Bajo esa España, que cubrió de cruces,
verás –un día azul–
la mano endurecida del Caudillo
eternizada en pus!...
(Canción para el gitano eterno. Ileana Espinel)
"¡Los hijos de mala madre
no pasan, García Lorca!"
(In Memoriam. Carlos Prendez)
"(...) que a pesar de las mínimas batallas que reñimos,
sigues unido a mí, más que nunca en la muerte
por las veces que acaso
no lo estuvimos –¡ay, perdóname!– en la vida"
(Retornos de un poeta asesinado. Rafael Alberti)
"Aquí la primavera luce ahora
Mira los radiantes mancebos
que vivo tanto amaste
efímeros pasar junto al fulgor del mar".
(..)
"El puro amor de un dios adolescente
entre el verdor de las rosas eternas"
(A un poeta muerto. Luis Cernuda)
"He estado a verte y creo
que volveré mañana..."
Una mañana que siempre deletreo
Con esperanza vana
Una mañana que nunca mañaneo.
Una mañana de ayer y no de hoy.
Tú estás en él. Yo no sé dónde estoy."
(Mañana, 1936?. José Bergamín)
ELEGIA PRIMERA
(A Federico Garcia Lorca, Poeta)
Atraviesa la muerte con herrumbrosas lanzas,
y en traje de cañón, las parameras
donde cultiva el hombre raíces y esperanzas.
y llueve sal, y esparce calaveras.
(...)
Federico García
hasta ayer se llamó: polvo se llama.
Ayer tuvo un espacio bajo el día
que hoy el hoyo le da bajo la grama.
Miguel Hernández
Creído por nadie va el que vio un géiser,
huido de aljibe cegado, como Thoreau, y sabe
desaparecer en lo profundo de su verde interior,
astuto y esperanzado.
Tomas Tranströmer
Nobel de Literatura
El mejor homenaje a un poeta es leerlo.
Gracias anónimo, por traernos aquí, a este rincón de las letras, esta estrofa (CINCCO ESTROFAS PARA THOREAU. Del libro Deshielo a mediodía. Ed. Nordicalibros) del reciente premio Nobel, e inmenso poeta, Tomas Tranströmer.
Gracias también a los creadores de este espacio, que cuenta con colaboradores tan atentos a la actualidad literaria.
Ardo en deseos de conocer vuestra crónica y opinión acerca del nuevo Nobel de Literatura.
El nobel a Tomas Tranströmer lo considero una buena noticia por una doble consideración: Una, es un POETA, y para los tiempos que corren bueno es que se premie la Poesía como elemento para repensar y para considerar un mundo tan material y economicista. Dos, porque este poeta lleva demasiado tiempo soñando con la realidad
"Un poema no es más que un sueño en la vigilia"
Ya.
Estupendo ensayo del profesor Martínez Morote: conciso, directo y bien argumentado. Creo que no se puede reflejar mejor los convulsos años que le tocó vivir y morir a Lorca. Enhorabuena a la Sierpe y el Laúd por buscar artículos de esta calidad.
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