1.26.2017

MARÍA MARÍN, EN ALICANTE CON SU POESÍA

(Texto de nuestro miembro del Grupo de Literatura, Pascual Gómez, publicado en el Portal Cieza.es sobre la participación de nuestra compañera del Grupo, María Marín)
Probablemente ningún otro recital poético escenifica con tanta literalidad una de las actividades que organiza el colectivo alicantino Letras de Contestania como 'Poetas en cercanías'. Allí, en el café 'The October Press', público y recitadores dejaron claro que la poesía les pertenece. Y es que la poesía no es literatura, es vida.

Después de semejante introducción, uno no puede llamarse a engaño al descubrir en el local cuadros, libros, camisetas y toda clase de pequeños libritos de ilustraciones. Así es un lugar de maderas y murales, donde lo mejor sin duda es un viejo sofá, comodísimo, colocado al punto para facilitar el enroque de las conversaciones. Los clientes, ajenos a la decoración que los rodea, siguen con los gestos de siempre: los sorbos de té, la conversación reposada, las miradas cruzadas...Basta con pasar unos minutos en el interior del 'The October Press' para darse cuenta que esta cafetería del casco viejo de Alicante es un tesoro de sentido, un espacio sagrado que honra a la poesía. Un lugar mínimo, pero con gran personalidad y, por supuesto, acogedor que tiene algo de café alternativo: pocas mesas, una pequeña barra y un taller de arte. Pero lo que le da carácter al local es su clientela, sobre todo la que acude cada dos sábados, a las doce del mediodía. El tiempo pasa lentamente en el número 7 de la calle Villavieja, especialmente si uno se deja llevar y disfruta, armado con una cerveza o un té, el recital 'Poetas en cercanías', que organiza el colectivo Letras de Contestania.
El recital aún no ha empezado. Miro al público. Familiares y amigos de los tres poetas, jóvenes con aspecto de soñadores, miembros del Grupo de Literatura La Sierpe y El Laúd y varios coordinadores de la revista La Galla Ciencia. También hay personas que hace unos minutos estaban en la calle fumando y ahora están sentadas y sonríen. Con todo, en la pequeña sala se respira un ambiente propicio para hablar de poesía, que es esa otra manera de hablar de la vida sin el riesgo de no reconocerse.
Hubo mucha gente que se citó este sábado aquí, pese a la lluvia, para asistir al recital de Antonio Praena, Andreu Cañadas y la ciezana María Marín, para dejar claro que la poesía les pertenece. A estos encuentros se viene a escuchar y a sentir, y también a meditar sobre la vida y la muerte, la juventud y la senectud, lo bello y lo terrible, y lo tremendo, y lo abismal. Y es que la poesía es el territorio más libre del mundo.
El de ayer fue un acto poético de los que dejan huella, de los de conectarse en el primer segundo y no dejar de gozar hasta el último instante. Un recital que mezcla poetas reconocidos y jóvenes autores en el que la selección de los poemas importa y no importa. Una experiencia, en definitiva, para descubrir de pronto que nuestras neveras de la emoción estaban prácticamente vacías. Y María Marín, con sus poemas inéditos a cuestas como 'Ciudad gris' o 'El caníbal', ya es por fin una poeta.
La lectura de sus poemas tuvo detalles de exquisitez en los versos más líricos y de profundo sentimiento en los más dramáticos. Además, exhibió con plenitud su obra. El cierre lo hizo con autoridad, declamando uno de sus poemas más irónicos, con acierto y el favor del público que le ovacionó con especial cariño e intensidad. Al acabar el acto, levantó la mirada y alzó su sonrisa, brillante e ilusionada. María y su primera intervención con poemas propios. Terminó un recital único e inesperado, y pasó como alguien a quien no se podrá volver a ver jamás.