1.05.2015

HERMANDAD LITERARIA NAVIDEÑA




Desde hace muchos años, puede que más de 20, los miembros de este Grupo Literario La Sierpe y el Laúd, se reúnen cada Navidad para celebrar juntos este misterio de la amistad y la literatura.
Este año fue en Jumilla y nuestro compañero Bartolomé Marcos, hizo la crónica del encuentro sierpero con su personal pluma a modo de aquel seudoperiódico o pliego social que se emitía en Cieza en los años 50 y 60, Palomas y Mariposas, y una vez publicado en El Mirador este último fin de semana, lo editamos aquí por si alguno no lo leyó y lo desea leer, junto a alguna foto.
Gracias a todos por estar aquí y Feliz Año 2015.

Reviviendo Palomas y Mariposas con algún que otro halcón  infiltrado. Crónica social endogámica (II, de tres).

 El domingo, 28 de Diciembre, Día de los Santos Inocentes y fecha consagrada tradicionalmente para la comida navideña de sus integrantes por la Sierpe y por el Laúd (que tan armónicamente coexisten en el grupo literario ciezano desde hace varias décadas) el grupo decidió trasladarse a comer a la ciudad de Jumilla, en atención a una de sus más recientes incorporaciones, la gentil y delicada señorita Aurora Montoya, espléndida mujer y mujer espléndida, a la sazón ejerciente como maestra de Educación Infantil y Primaria en el colegio “Bilingüe” (ya prácticamente lo son todos para no serlo ninguno) “Cristo del Consuelo”,  y jumillana de nacencia y vocación. La de los Santos Inocentes de este año fue una mañana de cielos despejados y fuertes rachas de viento, desapacible y fría, pero esa circunstancia no arredró a los 11 integrantes del grupo que finalmente se llegaron hasta la vecina e industriosa ciudad del vino para pasar una animada velada culinaria en el precioso y acogedor  restaurante Loreto, ubicado en un hermoso caserón  modernista de casi dos siglos de historia, situado en  una calle transversal de la empinada cuesta que conduce al castillo de la ciudad. Sabido es que la Navidad es tiempo de comer y de beber, necesidades primarias donde las haya, a las que –siguiendo al clásico- habría de añadirse el ayuntamiento con fembra placentera (¡ah, Tamayo, pillín!, que le has tomado el gusto a eso del ayuntamiento),  para completar el caleidoscopio de aspiraciones vitales por que se rige y gira un planeta habitado de humana condición.

Y pues esta es crónica social –endogámica por más señas, lo que tiene que ver con mirarse el ombligo (extraordinario pasatiempo universalmente extendido, más aún desde que existen Internet, tuenti, facebuk, linkedin,  tuiter, la Biblia en pasta, El Mirador de Cieza o la madre que nos parió a todos, aunque a cada uno la suya ) - devendría en nada –la crónica, digo- sin referencia a los participantes en el evento, todos ellos socios motu proprio, del grupo literario ciezano La Sierpe y el Laúd, aunque no fueron ni estuvieron todos los que son en el grupo (Rosa, Juan, se os saluda) pero sí que eran todos los que estuvieron, capitaneados por su flamante coordinador desde hace más de 30 años, Ángel Almela Valchs, abuelo y maestro en el colegio Gerónimo Belda en trance de próxima, alborozada (porque está aún en los albores)  y esperemos que feliz y jubilosa jubilación, que asistió acompañado de su gentil esposa, Ana Lucas López. No faltó – o sea, no falté- uno de los pocos miembros fundadores que van quedando, Bartolomé Marcos, junto a su esposa-y  madre de sus hijos- Merche Izquierdo Vázquez. Este tal Bartolomé Marcos se autoimpuso el compromiso de levantar acta o redactar crónica del acontecimiento, aunque nadie se lo pidió, no vayan a creer, siquiera fuere a beneficio de inventario, y por eso estas letricas que ustedes van leyendo. También encontró el cronista en el agradable, cómodo y cálido reservado que nos asignaron en el Loreto a Pascual Gómez, protagonista recurrente de la crónica social de la semana pasada y que lo será de la tercera y última que cerrará este breve ciclo la semana que viene,  periodista digital notable y miembro del grupo literario incorporado en una de las últimas  levas o reclutamientos, gustosos e indoloros, eso sí. Volvió a surgir el asunto del poderoso influjo del  ático (ya saben, está más cerca de la Luna) en el que vive Pascual, en la ciezana Plaza de España, sin que haya podido desentrañarse aún ...y se habló de ello, créanlo ustedes...de cuál será el misterio de ese ático que le ha cambiado la vida a Pascual. Sí que hay, examinando la fachada, una gran “g” que no sabríamos cómo interpretar...si como inicial de Gomis (lo más probable porque se corresponde con el nombre del dueño del local de hostelería ubicado en el bajo), o inicial de Gómez, el apellido de nuestro hombre, o incluso– feliz coincidencia-, la inicial del apellido Guirao, Don Aurelio, profesor y poeta ciezano fallecido en 1996, también amigo de los áticos y ciudadano de las alturas,  y uno de los “cadáveres” exquisitos, que, con justeza y en justicia, junto a Manuel Dato Buitrago, forman parte del obituario vivo del grupo y que con mucha frecuencia firmaba sus obras, sobre todo gráficas, con una sola “G”.  También puede tratarse del famoso “punto G” sobre el que tanto se especula. Seguiremos indagando porque,  sea como fuere, está claro que el edificio tiene misterio. Más aún desde que Pascual Gómez vive allí, en sus alturas.

Integraba también el grupo de comensales  que dieron buena cuenta de exquisiteces de la tierra (valga como ejemplo una sabrosísima hamburguesa de gamba) bien regadas con buenos blancos y mejores tintos de las monastreles jumillanas, otra veterana del grupo, Pascuala Sánchez Bermejo, profesora de Historia, servicialidad full time e intrínseca bondad. Y junto a ellos, una pareja extraordinaria, la formada por Isabel Mascuñán Triviño, delicadeza, sensibilidad, honestidad y entrega, poeta de más que estimable capacidad para la música, la evocación y el sentimiento y Antonio Jiménez Villa, bon vivant, buen conversador cuando se prodiga, persona de gran lucidez mental y sobrada inteligencia práctica, cualidades que heredó de su señor padre, Don José Jiménez Villa, figura histórica en la oficina del IES “Diego Tortosa” (un cordial saludo desde aquí, Pepe...feliz año) Cerrando el círculo, que en realidad fue más bien cuadrada y amplia mesa, savia nueva, con “b” o con “v” igual daría porque María Marín, una de las más recientes incorporaciones al grupo, es mujer en cuyos ojos aún muy jóvenes brilla la luz del conocimiento y la preciosa capacidad del entendimiento y la comprensión. Refinado espíritu musical y también excelente conversadora a la que no se le agotan los temas. Y dejo para el final a Daniel Josué Rodríguez, periodista ubicuo casi siempre y que  sin embargo no pudo estar en la cena de los medios de la semana anterior, totémico bastión para la ensoñación y la bohemia, personaje golémico (no es un error, señores correctores, déjenlo así). Daniel, te explico vis a vis. Tampoco pudo estar María, musa inspiradora del artista, porque Daniel es un artista y además lo parece.

Como habrán advertido, esto iba (bajadlo ya, cabrones) y va,  de hablar de nosotros, sí, señores lectores,  porque al final la madre tierra se nos acabará tragando y bueno es alimentar pequeñita y modesta hoguera de las vanidades y porque hace frío en este invierno rezagado y bueno es un soplo vital de cálido aliento antes de que la vida definitivamente nos fulmine para seguir viviendo ella, hosca, indiferente y ajena. Queridos compañeros y compañeras, in vino, veritas...

Cansa mucho escribir artículos en los que to er mundo é güeno...Con el desenlace del misterio del ático de Pascual serán tres y basta. Y eso si me dejan, porque en medio de tanto “buenismo” ya nadie repara en quién podría ser el halcón infiltrado.

2 comentarios:

Domingo Méndez dijo...

La literatura, la amistad, el compromiso con... y si todos somos güenos, guapos y atractivos y el que no que se aguante hasta que lo sea,

la sierpe y el laud dijo...

Gracias Domingo...¡Tú, también eres guapo, amigo!