Homenaje en Colliure - José Agustín Goytisolo
Aquí, junto a la línea
divisoria, este
díaveintidós de febrero,
yo no he venido para
llorar sobre tu muerte,
sino que alzo mi vaso
y brindo por tu claro
camino, y por que siga
tu palabra encendida,
como una estrella, sobre
nosotros, ¿nos recuerdas?,
aquellos niños flacos,tiznados,
que jugabantambién a guerras,
cuando,grave y lúcido, ibas,
don Antonio, al encuentro
de esta tierra en que yaces.
divisoria, este
díaveintidós de febrero,
yo no he venido para
llorar sobre tu muerte,
sino que alzo mi vaso
y brindo por tu claro
camino, y por que siga
tu palabra encendida,
como una estrella, sobre
nosotros, ¿nos recuerdas?,
aquellos niños flacos,tiznados,
que jugabantambién a guerras,
cuando,grave y lúcido, ibas,
don Antonio, al encuentro
de esta tierra en que yaces.
Nunca muere quien está en la permanente mente del lector.
5 comentarios:
¡Qué pena...! No había visto nunca esa fotografía. He pasado por muchas ciudades españolas y, ¿casualidad? allí encontraba un recordatorio en un portal perdido donde se decía entre otras cosas: "...y aquí vivió el ilustre profesor Don Antonio Machado...", como fue el caso de Baeza, entre otros lugares. Muy triste que después de extender su magisterio por tantos lugares buscando subsistir, viniera a morir fuera de su patria. Su tumba, humilde, como fue su vida, sigue siendo lugar de peregrinación.
Muy buena idea esta de recordarle y homenajear su memoria y os felicito por la iniciativa...
Un abrazo, Carmen Sabater.
Estamos ahora en clase tratando la Generación del 98, el gran poeta de entre aquel ramillete de pensadores, era Antonio Machado. Su huella es perceptible en Baeza, pero todavía más en Soria. Ese "iolmo seco, partido por el rayo y en su mitad podrido..." hecho escultura viva, con el atril sosteniendo un libro con estos versos, cerca del Espino, el cementerio donde reposa Leonor Izquierdo...
Algunas voces claman por el retorno del poeta a tierra española, proponen Madrid. No sé, él era sevillano, y su alma, quizás, quedó a orillas del Duero, junto a Leonor.
Algunos, de niños, aprendimos la emoción de leer poesía de la mano de Machado. Algunos, de niños, aprendimos que no podían ser buenos aquellos de los que huía "un hombre bueno".
Gracias a la Sierpe por recordarnos lo que aprendimos de niños.
La realidad poética es siempre un estímulo para los hombres, y la realidad de la Poesía de este poeta, de Machado, fue y es siempre un buen entrenamiento para el sentido común y para entender si cabe más el sentido de la utilidad de la Poesía y de los Poetas, para la Humanidad.
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